lunes, 18 de junio de 2012

EL FIN DEL CAMINO A DELFOS

Toca acabar bien las cosas, si el 27 de septiembre de 2011 se iniciaba la aventura del blog en el que se reflejaban las ilusiones, las miras de la temporada, la presentación de jugadoras en aquel primer artículo "en el pronaos del conocimiento como equipo", es de justicia que se cierre el mismo como corresponde, no dejándolo abandonado, sino todo lo contrario, lo que se comienza debe terminarse, aunque no hayan salido las cosas como uno hubiera querido, el compromiso es algo que se adquiere en un determinado momento y que no está permitido abandonar.

La búsqueda de la tierra prometida no dio finalmente sus frutos, no llegamos al famoso "Delfos", por lo menos a efectos de resultados y en esta trayectoria en la cabeza se han agolpado ideas de qué estás haciendo mal, qué se puede cambiar, por qué no hay ayudas de dónde tienen que venir, por qué se ponen zancadillas sin razón, en fin, tantas y tantas cosas de las que se extraen enseñanzas que sirven para luchar más por tus ideas , porque ¿qué es la vida si no eres capaz de aferrarte a lo que crees?
Creer, siempre creer, pero no desde una perspectiva de encerrarte en ti mismo, sino confiando en la ayuda, en la que proviene de tu gente, en los que sabes que están contigo porque los que no van a estar te lo han estado demostrando semana a semana con su pasotismo, los que están ahí a cada derrota y al siguiente entreno están apoyándote, diciendo que es lo que está mal, lo que ellos cambiarían, gente en la que puedes confiar a muerte porque ellos también lo hacen contigo, Jesús Gómez y Marco Ruiz han sido la viva imagen de ello y mi eterno agradecimiento para ellos, de los que están en el lado contrario no merecen ni ser nombrados ni recordados.

La imagen dada por cada una de las jugadoras del equipo ha sido intachable, han demostrado lo que es estar dentro de un club, hechos como la ayuda a sus compañeras del Nacional con mención especial a Salua o la práctica totalidad de asistencia a los eventos que se les ha requerido como es la entrega de los premios Vivimos el Baloncesto, o el compromiso en saber estar, en uniformidad, en disciplina, en resumidas cuentas, entender que un equipo no es lo más importante sino que es el club el que está por encima, esa es mi idea, desconozco si todos pensamos igual.
No quiero terminar sin recordar a las jugadoras del Junior B su disponibilidad a la ayuda, en una época que no les tocaba porque debían ser otras las llamadas a ocupar su puesto, no dudaron ni un momento en entender que es formar parte de un club y doblaron entrenos, partidos y lo que hiciera falta, nuevamente un ejemplo para mí, Ángela, Loreto, Andrea y Elena, habéis sido cuatro más en esta plantilla, con sus escasos éxitos y con el fracaso que asume el entrenador pero siempre con el orgullo de que hemos sido fieles.

Nada más, mi etapa como entrenador en Distrito Olímpico terminó, con muchas cosas buenas y recuerdos imborrables durante estos 11 años pero también con sabores amargos cifrados en momentos de  indiferencia, aún así, orgulloso de haber dado todo lo que he podido como entrenador para este club que tanto y tanto ha crecido.
No quiero despedirme sin poneros el regalo que me hicieron mis jugadoras en el día de hoy, con mucho más simbolismo que el que os podáis imaginar, para mí la muestra de lo que fuimos, a pesar de no llegar a Delfos, un EQUIPO.