Reconozco que es difícil sentarse delante del ordenador
cuando el peso de las derrotas se va sumando una tras otra pero cuando uno
asume un compromiso debe cumplirlo hasta sus últimas consecuencias, lo fácil
sería abandonar, dejarlo morir y revivirlo si en algún momento se mejorara
que es cuando las cosas salen fluidas y sin obstáculos.
Perder en casa es duro, siempre lo es, hacerlo con un rival
que viene sin ninguna victoria y cuando tú crees que es la ocasión ideal para
empezar a ver el enorme trabajo que llevamos detrás te deja tocado y así me
quedé el domingo, como si jugáramos una partida de barcos, tocado y casi
hundido en la línea de flotación.
A partir de ese momento, jornada de reflexión y un
pensamiento final, sólo nos queda tener confianza, eso de lo que adolecemos
actualmente, confianza en uno mismo, confianza en las que estamos y confianza
en que finalmente esto funcionará, tres pilares básicos para que el motor deje
de estar gripado, porque así es como está, ni siquiera al ralentí.
Para ello no podemos negar que tenemos miedo, sería una
falacia, el miedo existe y hay que saber controlarlo, pero tampoco podemos decir que
nos falte coraje, ni mucho menos, por poner un ejemplo las 10 jugadoras disponibles estuvieron el lunes en el
entreno siguiente a tan dolorosa derrota con ánimo de seguir trabajando, sólo
nos falta una cosa y está dicho en este video, ojalá la consigamos pronto.
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