Martes 13 de diciembre, la verdad
es que soy supersticioso para muchas cosas pero, igual por esas cosas, siempre
he considerado el 13 como mi número de la suerte, nací un 13, jugué siempre con
el 13 y para mí siempre ha tenido algo de especial, por eso he preferido
escribir en el blog del equipo hoy, para ver si produce el efecto contrario y
es que esa mala suerte que se presume en días como éste, sea para nosotras el sueño
de cambiar la actual dinámica de derrotas que llevamos (una superstición más).
La idea del blog nació con la
idea de contar la dinámica habitual de un equipo senior amateur y en ella no
sólo influyen resultados aunque es lo que más se ve y sobre lo único que se
valora, sin embargo, dentro de un equipo hay muchas cosas que la
clasificación, como son una convivencia,
unas relaciones, una disciplina y un compromiso que, todo ello unido,
seguramente lleve al resultado final que no es otro que conseguir jugadoras de
baloncesto, ni más ni menos.
Y para ser jugadora de baloncesto,
lo primero que debe uno saber es que se integra en una estructura, en un club
y, aunque sea amateur como ya he dicho antes, debe hacerse desde una
perspectiva profesional y eso ¿qué es?, ¿el que más cobra?, ¿el que
más entrena?... pues no, un profesional es aquél que se desvive por el equipo,
que lo antepone a otros ocios y en plano de igualdad con el resto de
obligaciones.
Esta semana, las jugadoras
del Primera Autonómica de Distrito Olímpico, esas mismas que llevan 0 victorias
y 9 derrotas, estaban citadas, en esta época de exámenes para muchas, para
asistir a la entrega de los VI Premios Vivimos el Baloncesto que anualmente
entrega el club en el que compiten, no era un entreno ni un partido, ni
siquiera era obligatorio, 10 de las 11 componentes de la plantilla asistieron
al evento, la delegada también vino, los entrenadores estuvimos y la única que
faltó se disculpó porque le era imposible asistir, esa es una muestra de lo que
es ser jugadora de un club, de formar parte de un proyecto y de un equipo, en
resumidas cuentas, de un compromiso llevado a su máxima expresión.
Ni pretendemos ser mejor ni
peor que nadie, muchos más estuvieron en nuestra misma tesitura y vinieron,
otros no lo hicieron, razones tendrían todos y seguro que perfectamente válidas
para ambos casos, pero yo me siento ORGULLOSO de cada una de las personas que
componen este grupo humano en el que, repito, lo que sólo vale, no nos está
acompañando.
Y por ahora nada más, seguimos
soñando con nuestro camino a Delfos, sabiendo que somos ricos que dormimos en
el suelo, pero también que sabemos que queremos y sabemos quiénes somos, por
eso os dejo con el video de Rosana “soñaré” porque lo más bonito del mundo no
se compra con dinero.
Gracias por vuestro apoyo.
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